Recientemente he encontrado en múltiples medios digitales encargados de la divulgación de temas relacionados con la arquitectura y el urbanismo, la presentación placentera del inicio de la construcción del megaproyecto NEOM, particularmente de “The Line”.
¿Qué es “the line”?
Es una ciudad con tan sólo 200 metros de ancho y 500 metros de altura que se desarrolla en línea recta a lo largo de 170 km sobre el desierto de Arabia Saudita. The line inicia a orillas del Mar Rojo y pasa por regiones de montañas y valles. Además de tener un tiempo de recorrido de 20 minutos de extremo a extremo.
De acuerdo con la información dada en la su página oficial, the line se presenta como “una revolución de la civilización que pone a los humanos en primer lugar, brindando una experiencia de vida urbana sin precedentes mientras preserva la naturaleza circundante, redefine el concepto de desarrollo urbano y cómo deberían ser las ciudades del futuro”.
¿Cuál es su objetivo?
El discurso detrás de este planteamiento ofrece una alternativa a la crisis ambiental. Garantiza reducir la huella de carbono y atenuar el impacto a tan sólo el 2% en comparación con una ciudad convencional con 9 millones de habitantes. Aunque también es necesario hacernos algunas preguntas y recapacitar sobre las consecuencias que estos avances pueden tener en la manera en que la humanidad vive y se relaciona con otros y con su medio ambiente.
Otra perspectiva de “the line”
No cabe duda de que una ciudad inteligente y completamente automatizada puede aparentar ser la mejor opción para satisfacer nuestras necesidades y deseos. Además de eliminar aquellos sentimientos de desabrigo y vulnerabilidad que son usuales en la vida dentro de una megaciudad. Hagamos antes algunas preguntas que nos ayuden a reflexionar:
¿Qué hay de malo con sentirse en pleno confort?
¿La humanidad está diseñada o preparada para satisfacer sus necesidades y deseos con sólo presionar un botón?
¿Acaso nuestros anhelos insatisfechos, nuestra curiosidad e imaginación y nuestra interminable búsqueda por la felicidad no son el origen de nuestra humanidad?
Impacto humano
Si nos encerramos en ciudades diseñadas en su totalidad, sin margen para la autodeterminación y la transformación constante, crearemos una sociedad de adictos. Existirán seres autómatas hastiados de tener sus necesidades satisfechas permanentemente, como animales en cautiverio que han visto apagada su curiosidad y no conocen más libertad que la acotada por su captor.
¿Qué ímpetu tendríamos de relacionarnos entre individuos y especies, para construir comunidades? ¿Qué motivación tendríamos para retarnos y crear, para soportar conflictos, para cambiar?
La historia de la humanidad está llena de supuestas mejoras, cuyas terribles consecuencias sólo son obvias décadas o siglos después. Puedo decir, en mi opinión, que THE LINE, es una de esas supuestas mejoras.
Para saber más
Licenciatura de arquitectura, licenciatura en diseño gráfico