La impermeabilización

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La impermeabilización

Los sistemas, productos y técnicas en la impermeabilización han evolucionado de acuerdo con los requerimientos constructivos, climáticos y tecnológicos de las edificaciones.

Inicios de la impermeabilización

En la antigüedad, se empleaban materiales naturales propios de la región. Podemos mencionar terrados consistentes en un entrepiso de viguería de madera, loseta de barro hecha a mano y una capa de tierra limpia compactada con lo que se lograba un peralte de hasta 80 cm. En esa superficie se aplicaba una capa de ladrillo rojo recocido de tipo petatillo y finalmente, una solución de alumbre que permitía lograr una superficie impermeable. Este tipo de impermeabilización era común en los techos de haciendas, iglesias, conventos y casonas.

Tipos de impermeabilización

Con la llegada de la industria petrolera en los veinte, se comenzó a obtener productos como el chapopote formado por una mezcla de petróleo crudo y amoniaco. La mezcla se empezó a utilizar como cepa protectora para los techos de concreto.

Dicho sistema también se empelaba en cimentaciones hasta desarrollar en el mercado una lámina de cartón asfáltico compuesta por cartón grueso bañada en chapopote.

Otros tipos

Para la industria de la impermeabilización se obtuvo una malla o tela de fibra de vidrio muy fina de mínimo espesor que logró ser la base de los impermeabilizantes de membrana prefabricada llamada membrana de refuerzo de fibra de vidrio.

Este sistema de impermeabilización logró desplazar a los anteriores del mercado. Pero como es constante en la industria, se siguen innovando al integrar fibras de poliéster a estas capas. Lo innovador logra que, al aplicar calor, las placas se vulcanicen sellando completamente la superficie y se obtenga una mayor resistencia a los factores climáticos y la intemperización o la creación de productos acrílicos de fácil aplicación y transpiración.

Los factores naturales en gran medida son los que provocan desperfectos en las construcciones como los efectos de la intemperie, las sustancias nocivas contenidas en el aire, la humedad y el agua existentes en el subsuelo, los ruidos o la caída de rayos. No obstante, uno de estos y que se relaciona directamente con la impermeabilización es la humedad.

La humedad en paredes y techos puede traducirse en el exceso de agua de estos. Por consiguiente, se destruyen los yesos enlucidos y se deterioran las alfombras, tapicerías y los pisos laminados. Si se producen heladas alcanzan las partes de obra impregnadas de humedad, lo que puede destruir los materiales y comprometer la duración y estabilidad de la obra.

Tipos de humedad

El agua y la humedad pueden ocasionar perjuicios en las obras de las siguientes maneras:

  • Humedad que penetra en el edificio desde el exterior
  • Humedad de las precipitaciones pluviales
  • Humedad de agua superficial
  • Humedad por filtraciones de agua
  • Humedad del terreno

En conclusión, los edificios deben tener dos características fundamentales: ser estructuralmente seguros y se deben de proteger de los factores exteriores como la humedad (lluvia, nieve, agua del subsuelo).

Para que el agua no penetre en el interior de las construcciones, las paredes y los techos llevan una capa superficial, impermeable en grado diverso. Pero cuando esta protección falla, el agua o la humedad se filtran en el interior del edificio.

La humedad no sólo afecta el confort de sus ocupantes, sino que puede deteriorar los materiales con que está hecho el edificio y hasta debilitar la estructura.

Para saber más

Licenciatura en Arquitectura, Universidad Intercontinental.

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