Las latas de conservas y refrescos tienen una cubierta de plástico, ¿lo sabías? En ellas, se envasan conservas, encurtidos y refrescos. Pero son más peligrosas de lo que imaginamos.
Qué son las latas
Aquí tenemos una definición. Es de Tamara Castrillón Rodríguez, quien se desempeña como técnica en Tecnologías del Envase de AINIA. Ésta es una asociación privada, formada por empresarios españoles del sector agroalimentario.
Castrillón Rodríguez dice que las latas son envases metálicos. Se usan como recipientes contenedores de productos sólidos o líquidos que cierran herméticamente. Esta técnica permite conservar los alimentos por más tiempo.
Latas de bebidas carbonatadas
Además, en bebidas carbonatadas, como la cerveza y los refrescos, las latas retienen la presión interna y evitan fugas.
En general, las latas de bebidas carbonatadas están hechas de aluminio. Este material es resistente y su espesor, inferior a 0.49 mm. Lo bueno de este material es que es inerte, no se oxida y puede reciclarse. Sin embargo, para mejorar su función, también se recubre de plástico.
Latas de conservas y encurtidos
En las latas utilizadas para conservas y encurtidos no se emplea el aluminio. Se requiere un material más resistente y aplicarle barnices o lacas para evitar la abrasión, además de la corrosión externa.
Pros y contras del plástico
El plástico cobró un gran auge en la industria. Es un producto útil, práctico y duradero, por lo cual su venta es muy común. Entre otros usos, tal vez el principal sea en los productos desechables. Pero también destaca en la producción de lacas y barnices para las latas de conservas.
El gran problema del plástico es que tarda en descomponerse en el medio ambiente. Ese proceso puede durar cien años o hasta más. Se fragmenta en pequeños trozos que atraen y acumulan sustancias tóxicas. Tales sustancias tienen efectos negativos en la fauna marina y las aves, por lo que constituyen una amenaza a la biodiversidad.
El plástico en las latas
Nicolás Olea, de la Universidad de Granada, también ha hablado acerca del daño que produce el plástico, en general. En su libro Libérate de los tóxicos, indica que es peligroso porque algunas sustancias migran a los productos que contienen. Tal es el caso del bisfenol A y los ftalatos.
Esas sustancias se relacionan con problemas de la tiroides y el desarrollo neuronal. Su presencia durante el embarazo está vinculada con trastornos por déficit de atención e hiperactividad (TDHA) y del espectro autista.
Por otro lado, tenemos también la opinión de Leonardo Trasande, autor de Enfermos, gordos y pobres: cómo combatir los contaminantes químicos. En ese libro, se refiere a la sustitución de los bisfenoles en los revestimientos de las latas por otros como la oleorresina. Dicho cambio podría evitar miles de casos de obesidad infantil y decenas de miles de casos de cardiopatías coronarias.
Qué hacer
El plástico está en todos lados, según afirma Nicolás Olea. Pero tomar conciencia puede ayudarnos a reducir la exposición al peligro que representa el uso del plástico. Por ejemplo, evitar, en la medida de lo posible, la compra de productos enlatados.
Es sabido que muchas empresas, con tal de no afectar sus intereses, incurren en prácticas peligrosas. Eso quiere decir que una solución por ese lado tal vez tarde más tiempo en llegar.
En conclusión, cada uno de nosotros debe cuidar su salud y el medio ambiente. Los principales responsables de cuidar la sustentabilidad del planeta somos nosotros.
Para saber más
Licenciatura en Diseño Gráfico, Universidad Intercontinental. Disponible en https://www.uic.mx/licenciaturas-diseno-grafico
Leonardo Trasande, Enfermos, gordos y pobres: cómo combatir los contaminantes químicos, Madrid, Paidós, 2020.
Nicolás Olea, Libérate de los tóxicos. Guía para evitar los disruptores endocrinos, Barcelona, RBA Libros, 2019.