Recientemente, la Real Academia Española (RAE) publicó que “se excluyen definitivamente del abecedario los signos ch y ll, ya que, en realidad, no son letras, sino dígrafos” (RAE, 2022), con lo cual el abecedario del español se reduce de 29 a 27 letras. En México, causó cierto revuelo la noticia, a la cual varios medios le dieron eco en sus portales digitales. La mayoría de las notas publicadas tenían un tono humorístico y de cierta incredulidad ya que, al parecer, la ch es una letra muy mexicana. Sin embargo, aunque la noticia quedará quizás solamente para el anecdotario, ya nos dio tema de conversación.
El impacto de la “ch” en México
Al reflexionar sobre la ch, considero que para el mexicano, la letra recién degradada a dígrafo, es un símbolo de identidad que se refleja en la cultura y el habla nacional pasando.
Por ejemplo, por el atolondrado héroe el Chapulín Colorado y su chipote chillón, la Chilanga Banda de Jaime López, el Chorrito de Cri-Cri, la más mexicana de todas, la chingada, junto con sus innumerables derivaciones. Las mañanas capitalinas, sin duda, no serían lo mismo sin el humeante champurrado. Imaginemos las tardes lluviosas sin un chocolate caliente acompañado de unos churros calientitos de azúcar y qué decir de las fiestas patrias sin charros y sin Chinas Poblanas y… y un gran etcétera.
El cambio de rango de la RAE
Ahora bien, hablando más en serio, esto realmente no afectará, me atrevo a decir, en nada nuestra comunicación. Lo que sí ilustra esta anecdótica situación es la importancia de estar al día con el uso correcto de nuestro idioma con base en las normas establecidas por la RAE. Esto es para usar con precisión nuestro idioma, sobre todo si se es traductor o traductora.
Hace ya varios años, la RAE causó un revuelo mayúsculo al quitarle la tilde a solo en su forma adverbial. En ese sentido, aunque muchos usuarios del español, aún hoy, continúan tildando solo como lo aprendieron desde la infancia, lo correcto, según la RAE, es no hacerlo. Recomienda, si hubiera ambigüedad, resolverla de otro modo.
La relación con el traductor
La puntuación, la ortografía y la gramática son las herramientas de quienes se dedican a la traducción y su uso correcto es fundamental para brindar un servicio profesional y adecuado a las normas de nuestra lengua aunque no nos guste o no estemos completamente de acuerdo. Es por lo anterior que en caso de duda lo recomendable es acudir a los expertos para poder comunicarnos de forma correcta. Los diccionarios, por ejemplo, serían nuestra primera opción, de los cuales destaco, por supuesto, el de la RAE, pero también el diccionario del español de México (DEM) en donde además encontrarás el corpus del español mexicano contemporáneo.
Asimismo, la RAE cuenta en su página web con una sección titulada “Español al Día” donde atiende consultas de “carácter lingüístico (ortográficas, léxicas y gramaticales) desde la perspectiva de la norma que regula hoy el uso culto del español”. De la misma forma, “El diccionario Panhispánico de dudas” es otra herramienta esencial para resolver dudas de uso del español actual. Por último, la Fundación del español urgente (FundéuRAE) es otra gran opción que impulsa el buen uso del español en los medios de comunicación.
Ante esta nueva actualización habremos de recordar que ahora el español cuenta con 27 letras, así como recordamos que ya no se tilda solo. Finalmente, no hay que olvidar que ya sea como usuarios de a pie del español pero sobre todo como profesionales de la traducción lo importante es usar la lengua de forma correcta para propiciar una mejor comunicación.
Para saber más
Licenciatura en Traducción, Localización e Interpretación, Lenguas extranjeras UIC